Un último beso se vuelve el pretexto, la negación frente a la tentación es la primera muestra de fortaleza, para luego desvanecernos una frente a la otra en el intento nulo de perpetuar la separación. En el desorden ella es el eje débil de rotación, es al mismo tiempo un movimiento brutal y esa sensación de seguridad. La sigo, sin ser mi prioridad, mis pasos van, se vuelve involuntario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario