viernes, 26 de febrero de 2010

Sin suelo y sin gravedad, el estado ideal. En la mente persiste la necesidad de cambiar. Entonces, se encuentra la forma de crear aquél momento de ensoñación real.

  • Caminar, pierde significado para cederlo a Volar. Las alas de pies y manos, la suavidad de nada y la gracia de sonrisas por vivir la anormalidad.

Tú ausencia así es, eres suelo y eres gravedad. Eras quién me detenía y no dejaba a mi cerebro soñar. El amor era el Sol derritiendo la cera de las alas de mi humanidad. Imagina por ahora tu ausencia, la libertad me llama de noche y por la mañana me despierta. Ella, ahora, es la indicada para caminar a mi lado, para dormir y hacer el amor, para simplemente vivir.


Te detesto. Lo absurdo eres tú. Hay diferencias entre las reacciones y las acciones. Los cambios de los cuáles hablas se derriten, los míos adquieren firmeza. La fragilidad la dejo en el pasado, ahí dónde la cosecha fue distinta. Tus palabras son las mismas, hablas de recuerdos similares y repites el guión una y otra vez. Lo anterior concluyo con las ganas.

Destellos de sinceridad, tus palabras guardan intención pero carecen de significado. La indiferencia, palabras reprimidas de amor. En nuestro caso lo dudo, el silencio es el arma ideal para salvar el alma. La tranquilidad vive conmigo, lee mi mano, lee mis movimientos. No leas mi mirada, ella dirá la verdad.

Bastante fue el daño, el trauma persiste y no dejo de huir. Sigo corriendo, cierro los ojos y los pasos adquieren velocidad. Dejó de pensar, los sentimientos siguen una corriente distinta, el viento ahuyenta. La risa atrapa la tristeza y miente a tus oídos, mi vida descansa de ti cielo de hielo.