miércoles, 19 de enero de 2011

Sin título.

Las palmas de cada mano proyectan un destino cuestionable, hoy no dejo de repetirme que debo creer, en qué o en quién aún no lo se pero la fe me hace tener los pies en tierra humana. Me voy desintegrando de todo lo que fui, no lo perfecto sino aquello en lo que uno se convierte cuando toca el fondo del dolor y de la ausencia. Renacer, me sentía fuerte y capaz de hacerlo en días, meses o incluso horas, así no fue y he pagado el costo de reconstruirme.

Tener al lado a un ser humano resta años de vida pero esos pocos años seguro son de una felicidad perfecta. Así pensaba pasar mis respiraciones con ella, enfrentar los retos y volver a sumergirme en sus brazos. Todo fue una ilusión, un sueño por el cuál nunca dormí. Se va haciendo más tarde, es hora de aproximarme a ir al lugar que por ahora más detesto. El teléfono sigue sin sonar, ya no va a marcar, ya no estará aquí, ya no le pido que se quede.

Voy buscando música, mi pasatiempo para encontrar empatía a kilómetros de distancia. Ese autor logro vivir algo parecido, eso lo detesto y vuelvo a encontrarme en pánico al repetir una historia ya vivida por algún otro. Al leer suelen encontrarse villanos y seres con una saturación de inocencia, ese es un error dónde la fantasía se bebé con ansias de justificación. La mayoría de las veces ocupo el lugar del villano.

No encuentro nada suficiente ni en letras ni en melodía, ni en libro ni en audio. Me voy, de mi por un tiempo para regresar a mis estándares de normalidad. Me digo, se hace tarde.

Sin título.

Olvide reconocer ese sonido, vuelve a llamar para decir, " Sólo tengo un minuto o se va a cortar, ya no tengo más monedas". Mi mente piensa, " tuviste nueve meses y aún así se corto".

Me he cansado, hoy me atreví a meditar en mi vida con alguien más y me deje llevar por la curiosidad de pensar en si hubiera dado tres pasos más. El reloj me detuvo en aquella ocasión, no quería llegar tarde a la siguiente parada y sólo así logre evitar más preguntas de colores, figuras y perspectivas artísticas. Escape y me protegí, creí en lo eterno de aquello que contenía ya mi vida. Hoy todo se esfuma y vuelvo a pensar en ese instante, si algunas variables no hubieran afectado mi comportamiento el resultado podría ser distinto. No lo creo, me siento bien en mi -carpe diem- quiero caminar mi vida conmigo.

Ayer lancé un deseo, la Luna se cotizaba y mostraba esa grandeza que sólo el Sol le puede dar. Cuando la veo, no pienso en su motivo, en la procedencia de su brillo o en su vulnerabilidad en un eclipse, sólo la deseo como esa totalidad de magia que tiene la capacidad de envolver mi mirada paralizando mi mente. Digo que manejo, pero su luz es a quién sigo.

Mis palabras vuelven a ser interrumpidas, vuelve a llamar, despide en sus labios un " Dónde te veo?". Hace unos instantes ella me había repetido, " He llegado a un limite al cuál no había llegado antes y no creo salir de él. Ya no puedo hacer nada por ti." Me escucho llover, liberé mis sentimientos y no hubo, precisamente como ella lo anunció, no hizo nada por mi, no hubo respuesta.

El proceso va llegando a su fin, me despido de ella internamente, voy liberando mi mente, mis sentimientos y todo lo que llego a pertenecerle hasta el día de hoy. Voy a volver a pensar en la Luna, inalcanzable, la característica que la vuelve perfecta, nunca podré darme cuenta de su vacío.


Un nuevo comienzo.

El primer error, tal vez acepte sólo por escapar de mi pasado, sabía las consecuencias de atreverme a dar el primer paso, ella no regresaría jamás. Me atrevo a conversar conmigo sobre el inicio y este final, no duele su ausencia, duele la perdida de tiempo y el dejar escapar más de una oportunidad. Las señales evidentes se fortalecieron y es ahí dónde dejo de ver la luz para ver la realidad. Ella no fue más, sólo un ser de caprichos con un alto grado de egoísmo.

Mi vida no continuó, sigues permaneciendo con ese título, con un año de retos, lágrimas, tristeza pero de mi parte el amor más puro que pude generar. Es ahí dónde mi mente vuelve, regreso en un efecto tornasol para tomar fuerza y saber que nuevamente en algún lugar con un ser humano increíble volveré a sentir, me hará volar y por fin sus palabras serán mi propia historia.

No te agradezco tu tiempo, tu final ha logrado acabar con todo lo positivo de tu llegada. Es momento de renovarme, en mente, cuerpo y en corazón. Esa primera vez sigue dejando aún su huella pero un día terminará, se borrará. La segunda vez es más fácil de olvidar, no hay nada nuevo si la persona no fue tremendamente superior a la primera. Por lo tanto permanezco como inicie, con un corazón lastimado, con una ilusión en la eternidad pero con una gran mente filosófica para volver a comenzar.

Vida, llévame aún más lejos.