jueves, 25 de marzo de 2010

Me vuelves tan débil....

Y entonces me encuentro deleitando el pasado y ansiando volverme valiente. Encuentro motivos, tantos, para volver y para volar. Me siento surreal una vez más, sólo como tú eres capaz de transformarme. Tan sincero, era la intersección correcta, de verte ahí en sueños regresaba cada mañana a sumergirme en espirales y al final, éramos perfección y realidad.

Se siente demasiado, te dejo entre la noche una lágrima en mi almohada. Espero, aún espero un mensaje equivalente a Lunas y estrellas, destellos de magia de palabras y suspiros discretos. Me hacías volar, lo lograbas, no lo admitía pero hoy no pierdo más. Me he sumergido por completo y te he dado permiso de vivir eternamente conmigo. Sufro de un síndrome tardío de enamoramiento.

La elocuencia conjugaba con tu delicadeza el tiempo, eran minutos antes de la indicación de contrarrestar el miedo con la suavidad de un beso. Guardaba tu mirada y en mis manos siempre se quedaba la pregunta inicial, ¿Qué se siente?. Un pretexto nocturno fue el inicio de una aventura eterna.

Dormíamos de día y otros ni se nos ocurría. Transformamos verdades, en nuestras únicas reglas. No había dudas ni pedíamos permiso, Tú y Yo fuimos ilegales. Jugamos con la geografía de la moral y de la ética, me hiciste caer para conocer la infidelidad, nos volvíamos cómplices de vida y deseos. Probamos nuestra lealtad sobre corazones ajenos.

No te dejo un te amo, ni te dejo un te necesito. Te dejo mi vida conmigo y la tuya contigo, la distancia ni el compromiso separa los sueños. Ahí te encuentro, de noche, de día, de sudor y de calor. Ahí existimos, ahí te beso, ahí te siento y ahí me muero. Despierto y vive el recuerdo pero me encuentro por ti, confundiendo la realidad con mis sueños.

Ser surreal, es convertir el amor en ilegal.









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