jueves, 23 de junio de 2011

Subir las escaleras y el cielo gris.


Llegué con disfraz de impuntual, la voz mantenía su fuerza para lanzar preguntas. Seguí manteniendo al destino enfrente, en mi olvidé los propósitos y mantuve firme la confianza en lo surrealista de mis sueños. Hubo espera y en ella anzuelos de filosofía, las ideas bajaban de mi cielo, se unian y se praparaban, al momento de abrir los labios conocían su deber.

Me colgué de mi equipaje, volví a sentir la presión del pasado recordandome mis errores, voy olvidando mis pensamientos de hombre libre, ocupas ya más espacio que mi razón. Entre la causa y el efecto me niego a ser víctima de la Física. Intermitente es mi libertad, de humano paso a piedra y de ahí dejo de existir.

Veo los rostros, tantos de ellos me volveran ignorate, los parpados caen y se cerro la función. Los árboles eran densos, la parada del autobús sencilla y unos cuantos cruzando de norte al sur. Me sentí comoda y familiar a ese lugar, "Quisiera permanecer".

Se iba la luz por ratos, luego regresaba y dejaba ver la sombra de unos cuantos.

(falta)

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