jueves, 23 de junio de 2011

Te extrañaba o me extrañaba.


La lluvia se aparece, cada gota es un recuerdo para mirar al cielo, mojar mi rostro y despertar a mi presente. Se libera una sonrisa y me vuelvo vivo, sin ti y contigo el momento se siente bien. Desnudo, la ropa se vuelve piel, el frío me moja. De lejos el semáforo cambia, los colores me vuelven malo y corro hasta tu esquina. Me detengo, pido un deseo y no vuelves. Te escribo un mensaje y te apareces. Ella te trajo o tu decides venir, creo en tu libertad, pudiste decir -No- como un hábito pero noté la direrencia y un -Sí- atrajo mi atención por ti.

Cambié de color también. Me has dejado de ver y te acostumbras a sentirme. Cada miércoles te dejaré una memoria y me daré una para pasar mis miércoles enteros viviendote de noche, en bicicleta o en la perfección del primer pasado.

Llegué tarde, por salir por ti y por ella. Mi complejo de flor me obliga a abrir la puerta y sentirme debajo de ella, ella quién compite con la Luna para ver quién me genera la más bella inspiración. Hoy sólo relato mi día, mi noche y mi momento para ti. No sucedera, no me convenzó de tener fuerza de viajar en el tiempo, pero te veo pasar de lado por mi vida y sólo eso es mejor que tenerte tan lejos.

Me gustan los días de lluvia contigo o sin ti.

No hay comentarios: